Historia de la Pontificia y Real Cofradía del señor Coronado de Espinas, Santísimo Cristo de la Flagelación y María Santísima de la Amargura.
Esta Cofradía, vinculada desde su creación a la Parroquia de San Miguel Arcángel, fue fundada por seis piadosos jerezanos, el 15 de marzo de 1774, siendo aprobadas sus Reglas el día 22 del mismo mes y año por el entonces Vicario Perpetuo y Juez Eclesiástico.
La Cofradía encarnó desde su principio, el espíritu de la época al obtener la aprobación popular, siendo numerosísimos los jerezanos que ingresaron en sus filas, – barrios enteros como el de los Mártires, el Cañito… – muchos los nobles que han figurado como Hermanos Mayores en sus Juntas de Gobierno, y muy especialmente la predilección que sintieron por ella los párrocos de San Miguel, que, desde su fundación, fueron directores espirituales y presenciaron todas sus asambleas y reuniones.
Los primitivos Estatutos de la Cofradía no se conservan porque fueron escondidos bajo tierra, y deteriorados notablemente durante la dominación francesa, pero en el mes de julio de 1827 fueron copiados nuevamente del archivo de la Vicaría, testificando de este hecho y copia fiel, el entonces Vicario y Párroco José Fajardo.
Dos hechos de importancia capital para la Cofradía hay que registrar en su historia. Uno de ellos, que su Santidad Pío VII, en atención al entusiasmo y cariño por ella, del Conde de Casa Ayala, la dotó, en el año 1807, con la expedición de cinco Bulas, realzándola y enriqueciéndola con privilegios e indulgencias muy interesantes. El otro hecho es el que tuvo lugar el 15 de septiembre de 1851, fecha en la que S. M. la Reina Doña Isabel II, aprobó mediante Real Cédula, los Estatutos y Reglas de la Cofradía.
En un principio la Cofradía tuvo solamente una imagen: la del Cristo Coronado de Espinas, que es al que hacen alusión las Reglas, Estatutos y aprobaciones posteriores; ello sin embargo, solía acompañarlo en sus desfiles procesionales del Jueves Santo, la imagen de la Virgen de los Dolores, que se veneraba en la misma capilla y a la que la Cofradía cuidaba y rendía culto.
El autor de este Cristo Coronado de Espinas no figura en ningún documento, ni ha podido averiguarse dónde fue hecha la talla, aunque sí se sabe que fue renovada y restaurada en Sevilla, en el año 1861, haciéndose además, los tres sayones que acompañan al Cristo, completándose el paso y formando un conjunto de gran calidad.
El otro paso, el Cristo de la Flagelación, parece ser que fue incorporado a la Cofradía en el año 1882, y era una imagen que se veneraba en la Ermita de la Vera Cruz, hoy desaparecida del culto. Esta suposición se deduce que en ese año se le costeó a la Cofradía la construcción de unas andas y tres sayones, conocidos popularmente con los nombres de Zorriaguillo, Taramilla y Rosine, para que acompañara al Coronado, dándose culto, desde entonces, en la Parroquia de San Miguel. La imagen de este Cristo es pequeña, pero de un realismo impresionante, destacando la belleza y delicadeza de sus facciones. No se sabe tampoco el nombre de su autor, aunque parece ser que es una talla del siglo XV.
Otro hecho importante en la historia de la Cofradía acontece en el año 1952, por mediación del muy reverendo Padre Juan de Ardales, capuchino, la Cofradía adquirió la imagen de la Virgen de la Amargura, que es obra del escultor sevillano Sebastián Santos, y que tiene toda la belleza extraordinaria de las vírgenes sevillanas. Desde esa fecha sustituye esta imagen a la de la Virgen de los Dolores. La llegada de la imagen nueva provocó un inmenso entusiasmo entre todos los componentes de la Junta de Gobierno y hermanos cofrades. Este sentimiento se manifestó de forma especial en el tradicional desfile procesional del Jueves Santo – con salida entonces de la Iglesia de San Miguel – que ve ampliado excepcionalmente su itinerario acostumbrado, haciendo también recorrido por las calles de San Agustín y parque de Santa Lucía a fin de que un mayor número de jerezanos y jerezanas pudieran contemplar la maravillosa talla de la Virgen.
Igualmente, y en ese mismo año, amén de la creación de la escolta romana a caballo que acompañaría al paso del Señor Coronado por primera vez, se acuerda imprimir un folleto explicativo de la exposición histórica de la Cofradía, organizada con motivo del Centenario de la Cédula Real de S.M. la Reina Dª. Isabel II a favor de la Cofradía del Señor Coronado de Espinas.
Es tradicional que los hermanos de paso hereden este cargo de padres a hijos, existiendo verdadera pugna por ocupar estos puestos de honor. Los hermanos de paso visten túnica negra, corta, con capirote caído hacia atrás y con la cara descubierta. Los Nazarenos visten túnica blanca de larga cola y cinturón y capirote morados, portando cirios encendidos.
Y dando su nota de color y ambientando su significado, acompañan a los pasos dos escoltas romanas, una a caballo y otra a pie, vistiendo lujosos trajes de la época, con casco y lanzas metálicas.
Es impresionante presencia el desfile procesional de esta Cofradía, pues seguramente es el de más solera tradicional, y es muy grande el fervor de los jerezanos por el Coronado, apiñándose en plazas, calles y rincones para presenciarlo.
Actualmente y desde el año 1971, la Cofradía efectúa su salida procesional desde la Ermita de los Santos Mártires, debido a los deterioros sufridos en la Parroquia de San Miguel, a consecuencia de un fuerte terremoto, en 1969.
Son numerosos los Nazarenos que participan en el desfile, y es tradicional que durante el recorrido y en lugares pintorescos como el Patio de la Cigüeña, la larga y estrecha calle Vasco Núñez, la Plaza de España y otros, se oigan fervorosas saetas que, con su canto hecho plegaria, rasgan el silencio de la emocionada noche del Jueves Santo.
1974 se manifestó en la Cofradía del Señor Coronado como un año cargado de singular importancia al cumplirse el 17 de marzo de ese año el II Centenario de la Fundación de la Cofradía. Por este motivo se constituyeron diversos actos conmemorativos, entre los que destacaron un Solemne Triduo oficiado en la Ermita de los Santos Mártires, y una Función Solemne y Vino de Fraternidad con todos los hermanos de la Cofradía, a la que asistieron representaciones de otras cofradías de la localidad y autoridades civiles y militares. Pero fue el desfile procesional de ese año lo que verdaderamente sorprendió a muchos jerezanos y jerezanas.
Tras unos estimables esfuerzos económicos, organizativos y publicitarios, la Cofradía del Señor Coronado ponía en la calle a las once de una noche lluviosa y desde la Ermita de los Santos Mártires el tradicional y emotivo desfile procesional, efectuando los pasos del Santísimo Cristo de la Flagelación – escoltado por la recién creada escolta romana a pie, formada por jóvenes cofrades de entre 11 y 13 años – Señor Coronado de Espinas – llevando en pos de él a la escolta romana a caballo -, y María Santísima de la Amargura, el recorrido habitual por las calles de Jerez, acompañados por la Banda de Cornetas y Tambores de la Policía Armada de Badajoz, Banda de Cornetas y Tambores de la Organización Juvenil Española y Banda Municipal de Música. Integraban así mismo este desfile procesional un nutrido número de nazarenos, este año con las colas recogidas debido a las inclemencias del tiempo. En distintos balcones del itinerario entonó sus saetas dedicadas a los titulares de la Cofradía la «cantaora» onubense Amparo Caballero, muy admirada por un público que aplaudió constantemente.
Antes de la salida procesional, sobre las diez de la noche, la Banda de Cornetas y Tambores de la Policía Armada de Badajoz y las escoltas romanas de la Cofradía desfilaron desde la Plaza de Vasco Núñez hasta la Plaza de España, donde en filas de honor rindieron acto público de homenaje a los titulares de la Cofradía del Santísimo, que a esa hora realizaba su recorrido por dicha plaza. Al dar vista a los pasos de la Archicofradía, y en acto de honor, la Banda de la Policía Armada interpretó tres magníficas marchas lentas, bajo el silencio absoluto de un público que abarrotaba la Plaza de España. Las escoltas romanas a pie y a caballo, al mando de los centuriones y al toque de timbales cruzaron sus lanzas al recibir a los titulares del Santísimo
En la Semana Santa de 1997 salieron a la calle las tallas titulares de la Cofradía restaurados por Sebastián Santos Calero, Académico Numerario de la Real Academia de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría, de Sevilla.
En 1988 el Señor Coronado de Espinas estrenó un cordón bordado en oro, el Cristo de la Flagelación un cordón bordado en oro y cuatro candelabros en metal dorado y la Virgen de la Amargura, una candelería plateada y cuatro faroles de procesión igualmente plateados.
En 1990, la Virgen de la Amargura estrena vestido y manto de terciopelo bordado en oro.
En 1995, la Virgen de la Amargura estrenaba corona cincelada en plata dorada, obra del orfebre sevillano Manuel de los Ríos.
En 1994, restauración de laterales dorados del paso del Coronado y añadido de ángeles dorados y policromados, del taller de Manuel Carmona, de Sevilla. También se revive el Sermón de Pasión en la Plaza de los Mártires, a la salida penitencial, a cargo del Reverendo Padre Pedro Mancha Cadenas.
El paso de palio de la Amargura estrenó en el 2000 candelabros de cola de once luces en plata repujada y cincelada. También se le amplió la candelería a 62 piezas y se le pusieron cordones y borlas en hilo de oro en los varales del palio.
En el año 2001 se concluyen las labores de bordado del palio y pintura de la Gloria del palio del paso de la Virgen de la Amargura, esta última a cargo del jerezano Juan Manuel Torrado. Así mismo, y unido a la dotación de candelabros de cola para la Virgen de la Amargura, en esta Semana Santa se estrena un Simpecado, donado por la Junta de Damas de la Cofradía.
En 2002 se presentan los respiraderos de alpaca plateada y repujada en los talleres de Manuel de los Ríos (Sevilla). Consta de tres capillas con las imágenes de San Miguel, San Sebastián y Santa Ángela de la Cruz. Cinceladas en los paños, escenas de la vida de la Virgen. En las esquinas alegorías marianas. Las capillas van rematadas por ángeles que sostienen una custodia y todo el respiradero rematado por crestones y ángeles. También se restauran peanas y jarras, y las caídas del paso de la Virgen de la Amargura estrenan bordado de broches y escudos sobre terciopelo.
En 2004 se estrenan 4 faroles en el paso del Señor Coronado de Espinas. Un año después estrenamos potencias del Señor Coronado, puñal dorado y ánforas, para el paso de la Virgen. El 28 de febrero del mismo año, la Virgen de la Amargura se convierte en Madrina de la Guardia Civil de Jerez de los Caballeros
En el año 2006 se estrenan trajes de la escolta romana a caballo y se hace, por primera vez, medallas del nuevo escudo de la Cofradía.
En 2007 se estrena juego de jarras en alpaca sobre plateada para el paso de palio de la Virgen de la Amargura, realizado en los talleres sevillanos de Manuel de los Ríos.
El 25 de enero de 2008 comenzaron las obras de construcción de la Casa de Hermandad en la calle El Pino, situada cerca de la ermita de los Santos Mártires. También en este año, María Santísima de la Amargura estrena una cotilla, obsequio del bordador jerezano Luis María Herrera, entusiasta cofrade y devoto mariano, confeccionada sobre tisú de oro, canutillo, lentejuelas, piedras y cordonería, llevando como óvalo central la Letanía del Santo Rosario «Espejo de Justicia».
Más información de la Cofradía en su espacio social.